La pepa y los Toros (Parte III)
Informa Plácido González Hermoso
En un derrote alto, el burel lo desarmó y el diestro se vio obligado a tomar apresuradamente el olivo; la sorpresa se adueñó del espada y de su cuadrilla;
El toro – retador- dio dos vueltas completas al redondel como pidiendo pelea; al final se encampanó en los medios como diciendo, qué pasa aquí(…)
La plaza estaba hasta la bandera; el día era caluroso en extremo y había en los tendidos una luz, una animación y una alegría contagiosa; se respiraba un aire de fiesta grande y se escuchaba el murmullo de expectación de las grandes tardes de toros; los aplausos durante el paseíllo fueron atronadores(…)