Con el capote de seda
se está abanicando el aire,
con los toros de Veragua
no hay quien no sude, compadre.
Yo ya no vuelvo a la plaza,
que la plaza no es la misma,
que los toreros de ayer
se han convertido en turistas.
Si el torero se equivoca
todo el mundo lo lamenta,
mas si se equivoca el toro
entonces ya no se cuenta.
Mi mal no tiene remedio,
que cuando vienen los toros
siempre me encuentro en el medio.
(Soleá.)