Aunque no pretendo descubrir a América a estas alturas del Siglo XXI, la Fiesta Brava en Venezuela hoy día para no decir siempre, es todo un borboteo de chismes que por supuesto en nada contribuye en su defensa, fortalecimiento, permanencia en este país.

De pana que sí, en cualquier rincón, lugar, sitio, sean quienes sean en el status del mundo del toro venezolano, dentro o fuera de él, hierven, burbujean, borbotean los chismes, lo menos que chismean es concretar acciones en defensa de la Fiesta Brava Venezolana.

Chismes de chismes por doquier. Que sí aquel es mala sangre; que ese es todo un tramposo; que aquel matador cobra menos para lograr cupo en una feria; que esa empresa no es confiable; que ese ganadero no ayuda a las Escuelas Taurinas; que esa Comisión Taurina se hace la Policía de Valera;  que  fulano es bocafloja; que sutano ofreció villas y castillos a novillero y lo dejó con los crespos hechos; que ese es más peligroso que mono con hojilla; que aquel recibe buen sobre; que aquel pide más que limosnero en calle; que ese de taurino nada tiene y paren de contar.

Qué lástima este borboteo de chismes. Si así fuesen para emprender acciones por el bien de la Fiesta Brava Venezolana otro gallo cantaría pero como me dijo una vieja amiga de que te sorprendes y quejas, nada hacen, estamos en Venezuela y punto en boca.