Con este material Miguel Abellán se quitó con brevedad al segundo de estocada atravesada y dos descabellos y en el cuarto tras poner voluntad en el muleteo acabó de una estocada administrada con el brazo suelto y dos descabellos.

 

César Jiménez puso empeño ante el tercero pero tuvo que abdicar ante las genuflexiones repetidas del astado de Navalrosal que salió derrengado del segundo puyazo. Optó por la brevedad y lo despachó de una estocada. El quinto tampoco brindó posibilidades y lo mató de media estocada atacando con el brazo suelto que remató con el descabello.

 

El mexicano Arturo Macías que confirmaba la alternativa pechó con un ejemplar que derrotaba al llegar a las telas toreras. Valiente y decidido lo pasó de muleta aguantando las tarascadas y resultando cogido sin consecuencias mayores. Volvió a la cara del astado para ser de nuevo trompicado. Entrando con el brazo suelto y perdiendo la muleta en el embroque dejó una estocada que mató sin puntilla. El que cerró plaza fue el mejor toro de la corrida, peleó en varas metiendo los riñones y romaneando. Llegó al último tercio con embestida pronta y hubo series ligadas con acento torero, hasta que el toro se quedó corto. Atacando con el brazo suelto lo finiquitó de una estocada y el diestro azteca fue ovacionado al abandonar la plaza.

 

Una tarde más el viento fresco hizo acto de presencia en el ruedo venteño.

 

 

   Crónica de José Julio García

Decano de los críticos taurinos de España