Será hoy, día 13 de agosto, cuando Alberto Lamelas vuelva a enfundarse el traje de luces, desde aquel 8 de mayo, cuando en la localidad madrileña de Valdemoro, tomaba la alternativa de manos de Javier Valverde. Una alternativa, que a punto estuvo de truncarse, debido a la fractura de su mano, pero que, como siempre, gracias a su tesón y fuerza de voluntad, salió a delante, cosechando un gran triunfo.

 

Ahora, ya como matador de toros, se encuentra ante una serie de importantes citas. La primera de ellas, tendrá lugar en la localidad de Castellar. Una tarde con unos tintes muy especiales, en primer lugar, por ser la primera vez que actúa cerca de su Cortijos Nuevos natal, y ante la presión de sus paisanos, donde la exigencia siempre es máxima. En segundo lugar, este festejo será un mano a mano con un diestro como Juan José Padilla, por el que Alberto Lamelas siente un gran respeto y admiración, y que supone un reto especial para el joven diestro jiennense.

 

Junto con este compromiso, en este mes de agosto, Alberto Lamelas, realizará también el paseíllo, el próximo día 15 en la localidad vallisoletana de Peñafiel y, el 16 en Villadiego, en la provincia de Burgos. Además, el día 27 participará en un festejo mixto en la localidad de Quesada (Jaén), donde se dará cita junto con el rejoneador Álvaro Montes y el novillero con picadores Adrián de Torres.

 

Ante estos próximos festejos Alberto Lamelas ha seguido preparándose constantemente,  con la entrega y el pundonor que le caracteriza. Por este motivo, hace escasos días se encerraba en el campo para matar dos toros a puerta cerrada de la ganadería de Flores Albarrán. Dos toros de diferente condición y que nos permitieron ver a un torero asentado y con las ideas muy claras.

 

El primero, un toro brusco y con complicaciones, frente al cual, el diestro se mostró muy decidido, y firme, planteándole una faena, en la que haciendo las cosas bien, consiguió someter al burel. Primero con la mano derecha con la que consiguió enjaretar, varias series profundas y bajando siempre la mano, con las zapatillas asentadas en el albero, para después pasar a la mano izquierda, y someter a este ejemplar, dejando también, naturales de calidad.

 

El segundo, un animal, a priori, más complicado, fue un toro importante para el diestro. Un toro que cuajó de principio a fin, un toro de esos que, como se suele decir, dan moral. Labor completa la realizada por Alberto Lamelas ante este ejemplar, donde hubo buenas tandas con la mano derecha, con profundidad, y llevando largo al animal. Toreó gustándose, para sí, sintiendo lo que hacía delante de la cara del toro. Se explayó en el toreo fundamental, sobre todo, con la diestra y también en algunas tandas con la mano izquierda.

 

Dos labores de diferente corte, pero muy útiles para el torero, que a partir de esta tarde, volverá a dar lo mejor de sí, pero ahora, será en la plaza, ante la exigencia del público y en competencia directa con un escalafón taurino muy duro. A partir de ahora, tendrá que ganarse los contratos tarde tras tarde, no dejándose ganar la pelea, nunca.

 

 

 

Reportaje de Marisa Fernández