P.- ¿ Quién es Albert Boadella cuando se apagan los focos y se cierra el telón?

A.- Pues, no voy a decir , un ser normal. Entre otras cosas no me considero normal porque tengo una profesión que no me permite estar en la normalidad. Es decir, tengo que mirar la vida y los acontecimientos de una forma diferente a como la miran el resto de la humanidad. Es condición de los artistas. Esto se impregna.

Ahora bien, soy un hombre que vive con la misma mujer desde hace cuarenta años. Con una relación muy profunda y estrecha, porque además ella es artista, es pintora. Soy un hombre que tengo una magnífica relación con mis tres hijos. Me gusta vivir en el campo. No me adapto bien a la ciudad. En el campo, llevo viviendo los últimos cuarenta y cinco años de mi vida. Soy un hombre que ama profundamente la belleza, creo que es esencial en todo. No hablo de riqueza, hablo de la belleza en general. En un paisaje, la casa, las personas, el vestir, en la forma de colocar una mesa….

P.- ¿ Se considera un sibarita?.

A.- Sí. No sé vivir sin la belleza. Yo diría que soy un burgués frustrado. No tengo inconveniente en llamarme burgués porque la burguesía, hasta ahora, ha dado las mejores cosas a la humanidad, hasta este momento. Cuando hablo de burguesía, hablo en general. Por poner un ejemplo, una gran ciudad como París, es obra de la burguesía. La música, el teatro…son una manutención de la burguesía. Por tanto, me considero un artista burgués, sin ningún complejo.

P.- ¿ Cómo despierta el “ toro” en Albert Boadella?.

A.- Se despierta en mi infancia, a través de mi tío. Mi tío me llevaba a los toros desde los dos años. Me llevaba muy a menudo. Entonces, vivía en Barcelona. Existían dos plazas: La Monumental y Las Arenas, y había corridas, los jueves, sábados y domingos por la tarde. Yo iba cada semana seguro. Por ponerte un ejemplo, vi la última corrida de Manolete en Barcelona, esto fue con cinco años.

P.- A una edad tan temprana.- ¿ No se aburría en los toros?.

A.- En absoluto. Me divertía mucho. Me parecía la vida de verdad. La vida fuera me parecía más incomprensible, menos interesante, pero en el ruedo, ver aquella bestia que se lanzaba sobre una persona y ésta persona que la esquivaba, jugaba con ella. Me parecía formidable. Cuando volvía a los toros la semana siguiente, ya de ver la arena, me emocionaba. De hecho, mi primer sentimiento de mi infancia referente a la corrida, no ha cambiado. Cuando entro en una plaza, me embarga la emoción, hay algo que se me remueve.

Una plaza de toros, me parece la metáfora mas aproximada a la vida porque en un coso taurino, confluyen todos los elementos esenciales que la configuran. Existe el miedo, existe el pánico, el dolor, la muerte, la sangre, la inteligencia, la astucia, el mal y el buen gusto. Todos estos elementos que configuran la existencia humana, están allí presentes, en parte de manera metafórica porque se trata de un ritual y al mismo tiempo, todo es real. En el teatro, la sangre es, diríamos , kétchup , pero allí, no. En el coso, la sangre es real, la muerte, es real y el riesgo, es real. Por tanto creo que existe una conexión con los aspectos mas ancestrales de la vida.

El miedo que se vislumbra en una plaza de toros de la forma mas primaria, en la vida queda disimulado. Los cobardes, yo los temo, son lo peor que puede existir, por tanto, detectar estos elementos es muy importante.

P.- ¿ Cree que el miedo tiene algo que ver con la cobardía?

A.- No. Es otra cuestión distinta. El miedo, es importante sentirlo. La cobardía es por ejemplo, cuando alguien delante del toro se pone a correr.

P.- He leído que usted quiso ser matador de toros.

A.- Pues claro. Mis primeros dibujos de niño eran de toreros blandiendo espadas y morlacos inmensos. Yo cogía un trapo de cocina y hacía mis pases. En aquel momento, los niños teníamos claro que los héroes de nuestra sociedad, eran los toreros. En la actualidad, los héroes han cambiado. En la actualidad, un héroe es un jugador de fútbol. Son héroes de quita y pon y nada tienen que ver con el torero.

P.- ¿A qué cree que se debe el cambio?.

A.- La cuestión tiene que ver con una sociedad que se ha desconectado de las esencias mas primarias de la naturaleza. Por ejemplo, una sociedad que come carne, pero que no le cuenten la historia de cómo se hace una morcilla. Creo que es una sociedad muy impostora en estas cuestiones. A los niños se les hace una descripción de la naturaleza que es totalmente falsa. Hay una sobreprotección a los animales que yo diría que cae en el plano de la inmoralidad. Está muy bien que el hombre cuide la naturaleza, pero lo que no puede ser es atribuir a los animales la inteligencia y los sentimientos de las personas. Esto es un insulto al hombre y un desprecio al animal que es otro mundo diferente. Actualmente, se ha desconfigurado todo y claro, los niños sobre la naturaleza, tienen la opinión de Walt Dysney.

Hemos creado una sociedad blandengue, alejada de la muerte. La gente no quiere ver la muerte, ni a los muertos. Es una sociedad del bienestar, una sociedad de mimados. Esto se ha transmitido a los niños. No pueden ver pinchar un toro, pero no se preguntan de dónde sale la carne que comen o de que están hechos los zapatos de piel que llevan. Esto lleva a pensar en una sociedad de una gran impostura e hipocresía.

P.- ¿ Se da cuenta de que habrá personas que al leer la entrevista, por sus declaraciones, piensen que es un involucionista?.

A.- El ser humano no ha evolucionado de una forma sustancial. Por poner un ejemplo, en relación a la Roma Imperial. Hoy, un romano de aquella Roma Imperial, manejaría un ordenador, conduciría un coche, etc, porque la evolución del ser humano, es mínima. Mire, para pensar en una evolución del ser humano, nos tendríamos que ir muy lejos en el tiempo, por ejemplo, hasta Altamira. Lo pintado en Altamira muestra ya una sensibilidad, una inteligencia, un conocimiento, extraordinarios. Nos tendríamos que ir muy lejos para hablar de una evolución del ser humano.

Por el contrario, las costumbres sí han evolucionado. Pero la naturaleza sigue siendo la misma, quizá mas deteriorada por culpa del hombre. Por tanto, el pensar que el ser humano ha evolucionado, para mí, es una medida mas para comprender la importancia de los toros. Precisamente, porque ha evolucionado, el ser humano es capaz de comprender lo que significa, en todos los sentidos, lo que es la protección de una especie única. De un animal que tiene un espacio vital que no tienen la mayoría de los animales europeos y que es bueno para la naturaleza y para lo que posteriormente viene, que es el arte, la corrida.

Frente a la muerte del toro, frente que no podemos matar un animal, estaría de acuerdo, si nos volviéramos todos vegetarianos, en la suposición que los vegetales no tuvieran su principio de vida, porque igual, un día descubriremos que los vegetales tienen un pensamiento mas profundo que el nuestro.

Por tanto, han evolucionado las costumbres y por ello deberíamos entender la importancia de este arte que proviene de la mas remota antigüedad y la importancia de conservar este arte que es el único que queda en el mundo. Un arte que reúne todos los principios vitales. En dónde el juego con la vida sirve para mostrar la belleza.

P.- ¿Podría concretar dónde reside la belleza de este arte?

A.- Sería lo mismo que preguntarme, por qué Juan Sebastián Bach o Beethoven despiertan estas emociones. Hay una parte totalmente inexplicable, pero hay otra en la que si puedes ver y explicar, la inteligencia, sensibilidad del ser humano. Cuando uno escucha La Quinta Sinfonía, en el fondo, admira que hay alguien detrás que ha conseguido esos sonidos con inteligencia, habilidad, con esa habilidad para tocar las fibras mas sensibles. Es la admiración hacia las grandes virtudes del ser humano.

Cuando asistimos a una corrida y vemos una faena magistral, aparece una gran admiración hacia quien nos ha provocado este sentimiento. Un individuo que delante de un animal que quiere matar, ha sido capaz de dominar y jugar con él de una forma que nos emociona, significa que estamos ante un individuo que tiene una habilidad e inteligencia extraordinarias que nosotros no tenemos. De ahí, la admiración hacia las virtudes mayores de un hombre.

P.- ¿ Recuerda su niñez jugando a los toros?.

A.- Sí. Era muy natural cuando eras muy niño. Siempre tenía un voluntario que hacía de toro y estaba bastante harto de mí.

P.- ¿Considera que socialmente, en aquellos años, se fomentaba mas la tauromaquia?.

A.- Es evidente. Era la fiesta nacional. Los niños asistían a los toros. En el cine había películas de toros. En la televisión se veían toros. En Barcelona, los toreros salían a la Monumental en un coche de caballos. Los toros estaban presentes como un ritual que precede a la fiesta.

En este momento, los niños ven otras cosas, amén de que estamos en un tipo de sociedad que considera que los toros no están dentro de la corrección política. En la medida de lo posible, los toros no llegan al niño. Por el contrario, el fomento mas importante en esta época es el fútbol, estamos invadidos de fútbol por todas partes.

P.- ¿ Qué cree que ha ocurrido en España para que la tauromaquia se haya abandonado y el fútbol siga con igual o mayor auge que antes?.

A.- Socialmente, el fútbol es una inducción a instintos mas primarios y aunque la tauromaquia pueda parecer una cosa primaria, no es así. Hablo de la tauromaquia en relación a la corrida, no a nada que tenga que ver con fiestas de pueblo con los toros, que sí es primario. En relación a la corrida, el toreo es un arte complejo. El fútbol, no es un arte. Incita sentimientos menos nobles que la tauromaquia. Por ejemplo, en un campo de fútbol se puede volver uno mas salvaje en común que en individual. Un equipo quiere derrotar al otro. En los toros, no es así. Nadie quiere que un torero fracase. El triunfo es para todos. Si triunfan los tres matadores, el triunfo es para todos. Digamos que la tauromaquia incita sentimientos mas complejos, que son los sentimientos del arte.

A los niños, el mundo del arte, les es mas complejo. Por ejemplo, un niño a los cinco años, no debería ir al Prado o a un concierto de música clásica de hora y media. Es bueno que se les vaya instruyendo con piezas sencillas, pero para acceder al arte, el camino tiene un gran recorrido. Los toros igual. Hay que tener unos mínimos de formación.

De todas las maneras, no hay comparación posible entre fútbol y tauromaquia.

P.- Es hora de abrir el telón. ¿ Qué ha dado la tauromaquia al teatro?.

A.- Como arte complejo, un arte, siempre da a las otras artes. Comenzando por el lenguaje. Ha modificado nuestra lengua, el español y ha introducido una serie de códigos que no se encontraban en ella.

Referente al teatro, hay piezas de teatro basadas exclusivamente en los toros. Hay simbología, metáforas e incluso una ópera (Carmen), centradas en la tauromaquia. Hay una influencia constante de la tauromaquia en el arte en general. Visualmente, es un arte muy potente, con una relación lejana con el teatro en el sentido de que un torero no tienen nada que ver con un actor y viceversa. Un matador, se interpreta así mismo. Un actor, interpreta a otros. En el teatro, todo es ficticio. En los toros, todo es real.

P.- Un director teatral que lleva tan dentro la tauromaquia. ¿ No se le ocurre hacer una obra sobre el mundo del toro?

A.- Hice una obra que se llamaba “ Controversia del toro y el torero”. Era un diálogo entre un toro y un torero. Ahora, una gran obra en teatro sobre la tauromaquia, no se puede hacer, siempre quedaría inferior. No se puede imitar un coso taurino, un animal vivo…..cualquier cosa que hiciera, pensaría que estoy por debajo de una corrida. Lo único que se me ocurrió y me atreví a hacer es la obra que he mencionado. Es un diálogo entre un toro y un torero. Es divertida y profunda al mismo tiempo. No obstante, el espectáculo taurino en el teatro siempre quedaría inferior, ni pensarlo.

Como dramaturgo, se podrían tocar algunas cosas de la tauromaquia, pequeñas cosas, pero nada mas.

P.- Esta pasión por la tauromaquia: ¿ Se proyecta dentro de su familia?.

A.- Tanto como yo, no. No obstante, mis hijos asisten a los toros sin ser grandes aficionados. Mi hija que es veterinaria y trata directamente con el mundo del toro, comprende mejor lo que es la vida animal.

P.- ¿ Personalmente, le ha aportado algo la tauromaquia?.

A.- Me ha hecho replantearme, frente al resto de las artes, incluso de un punto de vista ético y moral, mi pasión por los toros.

A veces pienso y me planteo, si es lícito y moral, disfrutar ante la muerte de un animal. Y llego a plantearme, si es ético o no. La diferencia entre un anti taurino y yo, es que él es un fanático. Está convencido de que tiene la verdad absoluta. No acepta la posibilidad de que haya arte en la tauromaquia. No acepta, tan siquiera, el desastre ecológico que habría en España si desapareciera el toro de lidia. Hay que ser burro para ser ecologista y no interesarse por los toros.

P.- ¿ Cree que se está perdiendo la emoción en el mundo del toro?.

A.- No hay que caer en el tópico de “ cualquier pasado fue mejor”. Actualmente, se ha hecho un toro a la medida de la comodidad de los toreros. Un toro de cámara lenta, que permite esos pases lentos, incluso la acometida del animal que casi se intuye. Antiguamente, el toro tenía mas fiereza, era mas animal salvaje. En la actualidad, el animal parece un poco doméstico y esto ha hecho perder emotividad frente al riesgo. Creo que la emoción la provoca mas el toro que el torero. Ahora bien, los pases que se hacen ahora, no se han hecho en la historia, porque los toros de antes no lo permitían, por su fiereza.

Bueno, hemos perdido en emoción y hemos ganado en pases grandiosos.

Creo que el problema de los toros en este momento, reside en que no tienen la aquiescencia de la sociedad. Solamente se interesa una minoría social. Es como el teatro, que es un arte minoritario. Ya no es un arte para el pueblo.

P.- ¿ Qué opina de los impedimentos que está sufriendo la escuela taurina de Madrid por parte del Ayuntamiento de la capital?.

A.- Creo que Manuela Carmena, es hija de la sociedad del bienestar. Que promueve esta sociedad del bienestar y la blandenguería que conlleva. No me fío ni un pelo de toda la gente que va pregonando a voz en grito la solidaridad con el tercer mundo y todas esas cosas. Creo que son los mas canallas de todos. Son unos impostores, por lo general. Siempre les he visto mucha falsedad. Me fío mas de los silenciosos. Aquellos que colaboran en tantas labores sociales y nadie se entera. Como dice el evangelio” que tu mano derecha, no sepa lo que hace tu mano izquierda”.

P.- ¿ Se considera un “espontáneo en el ruedo de la vida”?.

A.- Cuando hablo de toros, siempre digo en relación a la moral que se aplica a los toros, que preferiría morir como un toro, a morir con una agonía lenta de UVI o UCI. Preferiría morir luchando como el toro. Me identifico con su muerte.