Quién no ha oído cantar en Venezuela aguinaldos, vieja tradición y costumbre que florece cada año a partir de la madrugada del día 15 hasta el 23 de diciembre, asentada en la idiosincrasia de pueblos y ciudades venezolanas en el preámbulo a la Natividad del Niño Dios y el Advenimiento del Nuevo Año.

 

Este cantar aguinaldero de especial arraigo tradicional en la Región de Los Andes de Venezuela, congrega a todos en las iglesias, sin distingos de clase y posición, en las misas de aguinaldos, donde grupos de cantores integrados por niños, jóvenes y adultos, entonan aguinaldos y villancicos, canciones de Navidad llenas de furor, fervor, sentimiento, pasión, firmeza, como lo que sentimos muy dentro de sí, los aficionados taurinos.

 

Bajo esta semblanza tradicional venezolana me permito brindar este Aguinaldo con sabor Taurino, cuya letra acompañada de música rasgada del cuatro, maracas, furruco, charrasca, amenizará el ambiente taurino en esta maravillosa y singular época del año, en la que reina la reconciliación, reflexión, lo espiritual, la unión familiar mundial.

 

Venid todos taurinos,

venid a adorar,

que el Niño Dios

ha nacido ya.

 

Cantemos con alegria,

con unión y afición,

orando con fervor,

por el bien de lo taurino.

 

Suenan clarines y timbales,

abran las puertas,

de las Plazas de Toros,

para recibir en gran fanea,

la bendición del Niño Dios.

 

Cantemos alegres,

cantemos con aficíón,

y gritemos todos,

que viva siempre,

la Fiesta Brava y olé.