Artículo de Alfredo Asensi 

Por si no fuera ya bastante ambicioso el afán de Salvador Arias Nieto por fomentar  la cultura a través de la Asociación Cultural La Venencia con sede en Santander, que ya atesora un importante labor  editorial  de la que es deudora el libro taurino  y su poesía –de lo que hablaremos más ampliamente-; junto a la discográfica, donde cabe destacar, entre otras publicaciones, las dedicadas a Diego Clavel, cantaor y flamenco –varios discos-,  y  el  ambicioso homenaje a Ataúlfo Argenta, consistente en varias carpetas donde bajo el enunciado de  Lo mejor de la música clásica  Española  incluye un valioso programa de grabaciones dirigidas por el genial músico santanderino;  amen de la colección Artistas plásticos del siglo XXI, una docena de biografías de personalidades cántabras; y, por fin, la Colección Tauromaquia ( ensayo y poesía) y la denominada Tauromaquia Lírica que ahora se engrandece con la Adenda2018 cuya edición corre a cargo de Salvador Arias que ya ha visto  recompensado este su esfuerzo con la concesión en 2012 del premio que otorga  la Asociación Parlamentaria Taurina “A la actividad más destacada en la difusión mediante obras literarias taurina”

 Adenda 2018   es un volumen lujosamente presentado, como los anteriores,   que viene a acaudalar, aún más, la riqueza poética taurina ya publicada  en sus dos tomos El siglo de oro de la poesía taurina (Primera edición   en 2003  -un total de 350 poemas de  240 autores-, a lo que hay que añadir en la edición de 2009 un total de 136 nuevas poesías con  94 nuevas firmas.

 No puede estar más acertado Alfonso Ussía, prologuista en esta Adenda, cuando afirma que “Esta antología es de Premio Nacional. No lo recibirá. La poesía está falleciendo en España y los Toros no figuran entre lo políticamente correcto…” Y, concluye, cargado de razón: “No tendrá jamás  El Siglo de Oro de la poesía Taurina de Salvador Arias  Nieto el Premio Nacional a la mejor obra literaria y poética  de un año concreto, siendo  lo mejor que se ha reunido desde siempre, en la Poesía y en la Fiesta”. Contundentes palabras de Ussía que deberían de aventar en los literatos y en los taurinos el interés por darle vida, con su lectura, a tan importante obra editorial.

 Son muchas las opiniones vertidas sobre ella, el cordobés Carlos Clementson, poeta y taurino, dice, refriéndose al primer tomo: “Una auténtica fiesta poética para la “fiesta nacional” viene a ser este libro  (Antología  de la poesía taurina del siglo XX. Aquí están los grandes nombres de la poesía del siglo pasado como Lorca, Alberti, Villalón, extraordinarios cultivadores  de este género…” Más recientemente, al hilo de las manifestaciones del ministro Ábalos calificando de “casposos” a los que veneramos el  mundo de la tauromaquia, o sea: los que sentimos veneración al  toro; a las dehesas; a  las obras pictóricas; a la escultura, a las páginas musicales –opera incluida -, a los  “casposos” jurados que  en su momento otorgaron a los toreros  Medallas de las Bellas Artes (¡Ay, Alfredo Pérez Rubalcaba, como te echamos de menos! Y a Zapatero –solo en este aspecto, ojo) Así como al jurado que otorga el Premio Nacional de Literatura a cualquier  “casposo” autor,  que además escribe poesía taurina, académicos muchos de ellos. Y, por fin, a nuestra “casposa” veneración a las letras  y la poesía. De estas Salvador Arias ha reunido 6.756 poemas taurinos, de otros tantos  miles de autores, (¡cuánta casposidad, Dios  mío!) de los que ha seleccionado un  total de 670 poesías  de 486 autores que están repartidas en las dos ediciones de la Antología y, por ahora,  en esta Adenda 2018.

  Mis palabras anteriores son deudoras del artículo  publicado por Andrés Amorós en las páginas del ABC cultural titulado “Quinientos casposos más” donde se hace la siguiente pregunta: “¿Es que Rubalcaba y Zapatero eran menos socialista que los del actual  gobierno? ¿Ha cambiado la Tauromaquia o ha cambiado el PSOE? Son casposos los 476 autores de este libro y los que escribieron los 6.756 poemas que guarda en su archivo La Venencia. José Luís Ávalos y Carmen Calvo tienen la palabra”.

 Y, ahora, como final, le damos la palabra a Luís María Anson que en su “Canela fina” dijo sobre la Antología que nos ocupa: “Y un apunte final para  Salvador Arias  Nieto que ha publicado una gran obra antológica: El siglo de oro de la poesía taurina. No falta nada de lo que yo conozco de la lírica sobre los toros en la pasada centuria. Un trabajo admirable. ¡Cómo se puede denigrar por algunos un espectáculo que está enraizado en el pueblo, que se hace escultura vida y que es capaz de suscitar tanta belleza poética!”

Ande, señor Ábalos: ¡Áteme esa mosca por el rabo!