Juan Bautista recibió con buenos lances al que abrió plaza, que blandeó en varas y se dolió en banderillas. Tomó bien la muleta y la faena no alcanzó la calidad torera que merecía con pases sin cruzarse. Los últimos muletazos sobraron pues ya no había toro para más. Estocada recetada con el brazo suelto y descabello. El cuarto, abierto de cuerna y descarado de pitones se iba suelto de los capotes y se dejó pegar en varas. Comenzó la faena con doblones eficaces y aunque se cruzó poco con el toro los pases tuvieron ligazón, sobre todo por el lado izquierdo. Acabó de estocada corta y descabello.

 

El Fandi, tuvo un toro, el segundo, descarado de pitones, que se iba suelto de los capotes, y que hizo extraños al caballo y que terminó tomando dos varas empujando. El diestro banderilleó con dos pares al cuarteo, clavando a cabeza pasada y saltando. Un tercer par por los adentros, más comprometido. La faena, fuera de cacho, con pases y más pases, sin dejar huella torera, la cerró con una estocada atravesada y caída entrando con el brazo suelto y una estocada en lo alto sin puntilla. El quinto tomó el capote, fue al caballo cabeceando y se repuchó en la segunda vara. Volvió a banderillear el diestro para clavar un par al cuarteo a cabeza pasada y con salto, otro al violín, que ya sabemos es suerte que viene del toreo cómico, y otro par a cabeza  pasada y con salto. El toro fue bien a la muleta. Citando fuera de cachos pases largos de uno en uno, y acabó El Fandi de una estocada entrando con el brazo suelto y perdiendo la muleta en el embroque. Remató con el descabello.

 

Luis Bolívar se las vio con el tercero que se salió suelto de los capotes. Entró al caballo y se fue. Repitió y se salió suelto. En la tercera vara empujó. El diestro colombiano, muleta en mano aguantó el genio y cabeceo del toro que echaba la cara arriba y se quedaba corto. Alargó la faena inconcebiblemente y mató con el brazo suelto de un metisaca, una estocada tendida, sonó un aviso, y dos descabellos. El sexto, un buen toro, se embraguetó con el lanceando de capote, y en una colada resultó cogido y volteado por el pitón izquierdo. El astado empujó en la primera vara y cumplió en la segunda. Inició la faena citándolo de lejos, y continuó con derechazos metiendo el toro bien la cabeza. Al dar un pase cambiado el toro le volvió a coger y voltear, resultando corneado en el muslo  el caleño,  que terminó de una estocada caída administrada con el brazo suelto y perdiendo la muleta en el embroque. El gran número de público entusiasta que llena la mayor parte de los tendidos de Las Ventas pidió la oreja que se concedió. Quedan ya tan pocos aficionados en el graderío madrileño que esta no es mi plaza, me la han cambiado.

 

 

 

 

 

 

 

 

Crónica de José Julio García

Decano de los críticos taurinos de España