Nacido en el barrio más torero del mundo, Campo de la Merced, por sus venas corre un caudal de sangre torera difícil de igualar. Hijo de Rafael Sánchez “Camará II”, novillero puntero en España y matador de toros en América, nieto de Manuel Saco “Cantimplas”, banderillero de Joselito “El Gallo”, sobrino de los banderilleros Rafael Saco “Cantimplas”,  José Saco “Niño Dios” y del subalterno Fernando Saco “Fernandi”. Sobrino, de primos hermanos, de Manuel Rodriguez Sánchez “Manolete”, hermano de los toreros Manuel, Paco, José, Fernando y Antonio, todos grandes profesionales del toreo activo.

 

Con estos antecedentes y el ambiente que se vive en casa, Rafael tiene muy claro que quiere ser torero. De niño, con un tenedor o un cuchillo se tiraba a matar a las sillas de anea, y las tenía hechas polvo. Cuando tenía diez años veía entrenar y torear de salón, en su casa, a su padre, su tío “Fernandi” y a su primo “Manolete”. Con doce años lloraba amargamente por que Alfonso González Olmo “Chiquilín” estaba toreando y el todavía no.

 

Con doce años, (1944), fue con su padre a un tentadero a una finca de Sevilla. Asistieron “Machaquito III” y Pepe Luis Vázquez. “Machaquito” le preguntó si era capaz de torear una becerra, el niño dijo que si y volvió de Sevilla contentísimo por haber toreado por primera vez.

 

Con quince años, envenenado por el toro, deja el colegio y se marcha a entrenar a la finca de Federico Soria. Allí estaba Rafael Soria “Lagartijo” y a diario subían Martorell, Calerito y Joselete y entrenaba con ellos.

 

En mayo de 1947 asiste a un tentadero en “La Cigarra Alta” de la Condesa de Artaza. Tentaban “Manolete”, Gitanillo de Triana y Antonio de la Haba Torreras “Zurito”. A los aficionados que estaban en la parilla, los iba llamando “Manolete”.

 

Rafael salió el último y “Manolete” se puso detrás de él dando de esta manera dos muletazos, dejándolo solo después. Estuvo tan bien que al terminar e intentar subir de nuevo a la pared, “Manolete” le dijo “No te subas Rafael, quédate conmigo en el burladero” Le dejó torear otra vaca y le trajo para Córdoba en su coche.

 

Posteriormente, en la finca de Eduardo Sotomayor, tentó por primera vez. Cañero le dejó una vaca y cuando terminó le preguntó si sabía tentar. Al responder que no, el caballero rejoneador le dijo: ”Fíjate bien como se hace, hoy vas a hacer pareja conmigo”.

 

En fin, que antes de debutar en público Rafael se curtió en tentaderos con maestros excelentes.

 

La trágica tarde de Linares, horas antes de la corrida, Rafael visitó a su tío Manolo en el hotel Cervantes estuvieron un largo rato charlando y al despedirse le dio un beso. También visitó en sus respectivas habitaciones a “Gitanillo de Triana” y a Luis Miguel Dominguín, al que conocía muy bien porque sus padres eran muy buenos amigos y los chicos se trataban a menudo.

 

A la vuelta de Linares paran en el bar que Ramón Arranz tenía en Villa del Rio, y por mediación de éste firmó el contrato para torear en la feria del pueblo. Así que su primer novillo lo mata  (Septiembre de 1947) en un festejo organizado en Villa del Río con motivo de su feria Real. Se lidian dos novillos de Sotomayor, uno para Carnicerito y otro para él. Torea vestido de calle, con guayabera y pantalón corto, y logra cortar dos orejas y rabo. El debut de luces  tiene lugar el 16 de mayo de 1948 en Algeciras, cortando una oreja a cada novillo. Para esta tarde usó un vestío azul y plata que le prestó su tío Rafael Saco “Cantimplas”  que  había estrenado en México toreando con “Manolete”. Del triunfo de esa tarde, partió una carrera cuajada de triunfos. Tras numerosas actuaciones por diversas plazas y avalado por sus éxitos, el 27 de Mayo de 1950, sin haber cumplido aún los 18 años, debuta con picadores en la feria cordobesa  con novillos de  Clemente Tassara, y compartiendo cartel con Julio Aparicio (dos orejas ) y Miguel Báez “Litri” ( tres orejas y un rabo) y logrando el flamante novillero cuatro orejas y dos rabos. Saliendo los tres en apoteosis por la puerta grande. Esta novillada hizo historia en el desaparecido coso de Los Tejares.

 

El 31 de Julio de 1952, torea en Barcelona una novillada de Sánchez Arjona junto a “Montenegro” y Mariano Rodriguez “El Exquisito”. En su primer novillo pierde las dos orejas por el mal uso del descabello y  su segundo (quinto de la tarde) le infirió una gravísima cornada que le inutilizó para el toreo. Contaba Rafael con diecinueve años de edad.

 

Esa tarde se perdió un gran torero. Quizás el más elegante de la década de los cincuenta. Y  aunque, cuando se recuperó, lo siguió intentando yendo a varios tentaderos,  la pierna no le respondía. En Barcelona se truncó una carrera corta y brillante, avalada por importantes éxitos.

 

El empresario Pedro Balañá tenía previsto que en Barcelona, en la feria de la Merced de ese mismo año, el diestro mexicano Carlos Arruza le diera la alternativa en presencia de Agustín Parra “Parrita”. Fue una frustración para este buen hombre que aceptó con resignación el contratiempo.

 

Una anécdota para terminar estas líneas. En la plaza de toros de Cabra recibió el único aviso de toda su carrera y fue tal el coraje que sintió que cuando entró al callejón rompió el botijo de una patada.

 

Hoy sigue siendo un gran aficionado que en su vida particular, sector joyería,  alcanzó un gran prestigio como profesional cualificado.-

 

 

 

 

 

Crónica de Ladislao Rodríguez Galán

Periodista