Con un lleno hasta las banderas y el cartel de NO HAY BILLETES, se vivió un festejo inolvidable en La Santamaría. De nuestra retina nunca se borrará las grandes actuaciones de Pablo Hermoso de Mendoza y Luis Bolívar.

Se lidió un encierro de la ganadería caldense, Ernesto Gutiérrez, de muy buena presentación; en estampa y kilos, sin embargo su juego fue desigual. Fue premiado con la vuelta al ruedo, que fue mérito del gran cambio que provocó el rejoneador en el ejemplar.

Abrió la tarde el matador colombiano, Luis Bolívar, quien ejecutó una faena templada y ligada; dio las distancias y tiempos adecuados, a un astado tardo, con calidad pero sin emoción. El diestro fue confeccionando pase a pase una verdadera muestra de técnica y conocimiento. Estocada completa, tendida y efectiva. Oreja

El aplomo y temple, fueron el máximo común denominador en la faena de Bolívar, sometió con poderío a un toro que le costaba humillar, sin embargo su embestida fue noble, clara y de alta calificación. Arqueó magníficamente la figura y abrió el compás para dejar  ver la comprensión entre toro y torero. Pinchazo, pinchazo, estocada completa, contraria y efectiva. Vuelta al ruedo para el matador.

Cayetano Rivera Ordoñez, no encontró un cómplice en primer turno… solo halló a un toro sin casta, tardo, con un motor casi nulo y de embestida incierta. La voluntad estuvo a flor de piel en Cayetano, honradez y respeto a la afición, fueron otras de las cualidades del torero; frente a un toro con defectos propios de los mansos. Erró en la ejecución de la suerte suprema. Estocada completa, trasera y tendida. Palmas.

El quinto de la tarde tuvo poco recorrido, embestida bronca e intempestiva; tendió a revolverse en un palmo de terreno y se tornó pegajoso, dificultando la labor del matador español, quien comenzó la lidia con decisión y voluntad, pero con la mala suerte de haber pechado con el peor lote, se fue sin el triunfo anhelado. La muleta siempre por delante enganchando bien al toro pero no logró cuajar una faena ligada y con calidad, debido a errores de colocación y distancia. Palmas. División para el toro.

El mejor rejoneador del mundo llegó a Bogotá y encantó, hoy se vio en la capital de la República el verdadero toreo a caballo. Caballos estrella convertidos en muletas llenas de temple y perfección. Con su primero ejecutó una faena limpia y de gran conexión con los tendidos; el arte y la exposición juntos son la perfecta combinación de un caballero en plaza.

Con el sexto toro se vio lo nunca antes visto en La Santamaría, después de más de cincuenta años se cortó un rabo en la primera plaza del país. Pablo Hermoso de Mendoza partió en dos la historia del rejoneo en nuestra patria, templadísimo, puro, profundo y completamente artístico; convirtió un ejemplar poco potable, en un toro atento y que incluso fue premiado con la vuelta al ruedo. Los instantes más sublimes de la faena fueron cuando el rejoneador español cambió los terrenos de toro y realizó todas las suertes en la propia cara del toro.

Hoy la afición colombiana que asistió al festejo tuvo la oportunidad de presenciar uno de los eventos más importantes para cambiar la cara de nuestra fiesta brava.

 

Desde Colombia, Informa Carolina Baquero