Los dinteles de la gloria, por José Antonio Luna

Esto también forma parte de la fiesta. No tiene el brillo de una arena dorada ni el cerco de la circunferencia es una barrera de maderos. No hay banderitas rojas y amarillas en lo alto. Las gradas son pocas, cuatro o cinco hileras como máximo. Lo que aquí suceda no hará la gran historia y sólo será un pasaje en la retentiva de los que allí estuvimos. Sin embargo, los involucrados han puesto todo su entusiasmo y cuidaron hasta el más pequeño detalle.