14/V/19.

Toros de “LA QUINTA”, para: RUBÉN PINAR, JAVIER CORTES Y THOMAS DUFAU.

Asistencia: 13.016 espectadores. Tarde templada y sin viento.

13.016 ESPECTADORES. 29ºC. SIN VIENTO

Artículo de José Mª Moreno Bermejo. Escalera del Éxito 123

Los toros de “La Quinta” dieron buen juego. Silencio, palmas, palmas, palmas, ovación y silencio; esta fue la sentencia del respetable. Pinar saludó en el 4º, y Cortés lo hizo tras la muerte del 2º. Evaluación del hierro de “La Quinta”: 6,5. Pinar: 6. Cortés: 6. Dufau: 4.

Lidias correctas de los banderilleros y, a destacar, un gran par de Antonio Molina, su 2º al 5º.

AGUSTÍN MORENO picó muy trasero al 1º en ambas varas. Evaluación de su actuación: 2.

RAFAEL CAMPOS “CARIOCA”, lo hizo trasero y muy trasero, tangente a la raya. Evaluación: 3.

JUAN NICOLÁS BERTOLI, fue el más letal en su actuación y mermó sensiblemente la calidad del 3º de la tarde. Evaluación: 0.

FRANCISCO PONZ “PUCHANO”, citó desde donde quiso y colocó la puya donde la desgracia decidió: traseras y caídas. Otro toro de calidad que quedó mermado por la ineficacia del piconero. 2

JUAN FRANCISCO PEÑA, quiso picar la 5º con arte pero el caballo le hizo ascos y fue derribado tras picar muy trasero y caído en su 1º intento. Citó con gallardía en la 2ª vara, el toro respondió con premura, y el picador sostuvo una épica lucha agravada por la mala colocación del caballo en el impacto. La ovación del público fue intensa, sin fijarse, claro, en que la puya cayó trasera. En el último puyazo la cita fue correcta y la puya cayó “casi” en su sitio. La cita con voz, movimiento del caballo y del brazo fueron jubilosas. Evaluación: 6.

JUAN JOSÉ ESQUIVEL, un “pavo” de 637 kgs con poder. Detiene bien al burel en sus dos lances colocando la puya traserilla y algo caída en ambos intentos. Evaluación: 5.

Creemos sinceramente que la corrida habría resultado de mayor  interés en la muleta en, al menos en los 5 primeros toros, si hubiera sido picada adecuadamente. No humillaron los toros lo suficiente debido a los puyazos traseros. Otros dejaron su poder poco a poco, proporcionalmente al flujo de sus hemorragias, visibles en la arena del coso.