Declaración de principios: Esplá es un grande que mereció mejor época, no esta de globalizaciones varias. Siendo un ortodoxo, es un heterodoxo, un caso único, un tesoro.

Treinta y dos años de alternativa contemplan a un torero que aúna las virtudes tradicionales, como el valor, la vocación y la inteligencia con algo tan suyo como la capacidad de reflexión, que le hace combinar virtudes y defectos para otorgarle una absoluta vigencia. Luis Fco. Esplá es el lidiador ejemplar para los aficionados a las auténticas corridas de toros, no a las becerradas ni a las exhibiciones de reses inválidas o adormiladas. Sus mayores triunfos los ha conseguido antes ganaderías consideradas como duras o “toristas”- palabrejo que rechazo- en contraste con las “figuras” que se las ven con ganado en que todo resulta sospechoso.

 

Es Esplá un torero largo, completo, que domina todos los tercios de la lidia y, por ello, no sería difícil hablar de una tauromaquia de Esplá que, sin embargo, tendría antecedentes en Joselito “El Gallo”, Marcial Lalanda y, también, Antonio Bienvenida. Deudor de “Gallito” en la variedad de suertes y en el conocimiento de los terrenos; de Marcial en la inteligencia ante la cara del toro; de D .Antonio Bienvenida en la gallardía, entendida ésta en términos como los que recoge Maria Moliner en su “Diccionario de uso del español”: “cualidad del gallardo ( personas erguidas y de movimientos ágiles y graciosos ) valentía y nobleza en la manera de enfrentarse con alguien”.

 

Un alguien que, en este caso, podrían ser los toros, los públicos y, también, los taurinos. ¿ O acaso hay que recordar el gesto de Bienvenida denunciando el afeitado o el paso adelante que dio Esplá, al que sus compañeros dejaron sólo, reivindicando un mejor reparto de los derechos televisivos, lo que supuso una marginación a la que derrotó en tarde cumbre de la Feria de

 

 

Otoño de 1999 cortándole dos orejas al fiero “victorino” que había mandado a la enfermería a “El Califa”.

 

Obsérvese que de los tres maestros citados como referentes en el concepto del toreo de Luis Fco. Esplá, dos de ellos, Joselito y Bienvenida, también fueron consumados especialistas en banderillas, tercio que, con Esplá, volvió a adquirir enorme importancia. Los giros en el aire ante los pitones, los hacía Joselito como hoy los hace Esplá. La marchosería de Bienvenida, antes y después del par, tiene su eco en las formas de torero alicantino. No quisiera olvidar los pares por los adentros, cuyo principal referente sería Ignacio Sánchez Mejías, torero multifacético y de inquietudes intelectuales que también lo acercan a nuestro protagonista. Pero siendo Esplá uno de los mayores banderilleros de la historia, su tauromaquia es muchísimo más compleja y completa.

 

Torero Esplá en todos los tercios, en la lidia, en la brega, con las banderillas, en su impecable colocación en la plaza, en los quites oportunos. Para Esplá el toro es la fuente de inspiración, el material a domeñar, el que va dictando al torero cual debe ser su lidia. Por eso, el propio matador define el toreo clásico como el que domina la parte técnica, el conjunto de conocimientos y ardites para plasmar secuencias artísticas. El repertorio debe desgranarse siempre según lo exija el toro. La técnica y la escuela posibilitan el arte y es siempre el toro el que sugiere, a cada momento, ese arte, con una condición sine qua non: el toreo circular.

 

En Esplá la liturgia del toreo adquiere su verdadera dimensión de carga ritual de la Fiesta. Cuando está en el ruedo asistimos a la representación perfecta de todos los cómos y por qué de las normas taurómacas. La colocación precisa para el buen orden de la lidia se obvia por sistema tarde tras tarde hasta que entra Esplá en acción.

 

 

 

Tauromaquia de Esplá, mediterránea, global. Torería. El respeto a la profesión que empieza  por el respeto al toro. Y al público.

Un público que durante años ha tolerado un tipo de toro dulcificado, aborregado, manipulado, propicio para la postura aflamencada pero no para el toreo cabal y en cuyas manos y opinión está que la excepción sea la regla.

 

No es casual que en la llamada “corrida del siglo”, la de la Feria de San Isidro del 82 con toros de Victorino, estuviera Esplá y que, al final de un festejo que supuso un punto de inflexión en muchas cosas, la plaza clamara “¡esto es la Fiesta!”. Permítanme explicar una pequeña anécdota: en casa de gente aficionada, en la que estaba invitado, veía la corrida un fraile antitaurino que se convirtió. Tanto, que cada vez que volvía demandaba  que le pusieran el video de tan memorable festejo y, cuando llega el desplante de Esplá lazando la pañoleta al enorme pitón del toro torazo, susurraba: “los designios del Señor son inescrutables”.

 

Luis Fco Esplá un gran torero en el sentido más noble del término. Un torero cabal, a la antigua usanza. Una rara avis, una especie en extinción.

 

Aunque, en el horizonte, empieza a alzar el vuelo su hijo Alejandro….

 

PACO MARCH